martes, 29 de junio de 2010

Secta

Hace ya tiempo, incluso sin darte cuenta fuiste reclutado por una secta. En algún momento sin determinar, quzás cuando te sentías particularmente vulnerable, un miembro de la secta apareció y te hizo sentir bienvenido. Entendiste que te estaba ofreciendo algo que daba sentido a tu vida. Llevaba zapatillas Nike y una gorra de Planet Hollywood.
Curiosamente, la mayoría de los miembros de la secta -sí también me reclutaron a mí- no es consciente de pertenecer a una secta. Somos libres de movernos. Nadie parece forzarnos a hacer nada que no queramos hacer. En realidad nos sentimos prvilegiados. Las reglas no parecen opresivas. Pero no te engañes, hay reglas.
Por consenso los miembros de la secta hablan un esperanto corporativo: palabras e ideas sacadas de la televisión y la publicidad. Llevamos uniformes -pero no túnicas blancas, pero, digamos que chaquetas de Tomy Hilfiger y zapatillas Air Walk-. Pagamos impuestos a los carismáticos líderes de la secta desde que nacimos. Les hemos dado nuestro dinero, energía, tiempo y creatividad. Han perecido nuestras más preciadas herencias -los bosques, los peces, el aire- y hemos recibido a cambio escenarios virtuales. Hemos pagado fuertes tasas pero, son solo una fracción de lo que pagarán nuestros hijos.
El LIBRE PENSAMIENTO rompe el trance. Introduce nuevas perspectivas, lleva a la duda.

1 comentario:

  1. el problema está en el conformismo i think... estamos en una sociedad pasiva y adormecida que no hace nada por cambiar las cosas... esperemos poder cambiar algo entre todos xD

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